El Cloud Computing es un sector que con el paso de los años ha ido ganado fuerza y todo apunta a que seguirá yendo a más. Las compañías se han movido para cubrir la demanda en este segmento, ya sea suministrando servicios al público, a otras compañías o bien tecnología para que otros puedan montar sus servicios.

En Forbes han analizado la situación actual del Cloud Computing mencionando a las tres compañías más fuentes del segmento: Microsoft, Amazon y Google. Cada una juega con sus propias bazas, aunque el gigante del buscador tiene un factor diferenciador frente a los otros dos, el desarrollo de Open Source. Amazon y Microsoft, con AWS y Azure respectivamente, usan mucho Open Source o dan la opción de utilizarlo. Amazon EC2, parte central de AWS, está construido sobre el hypervisor Xen. Por su parte, Microsoft alardea de su amor por Linux mientras dice que el 30% de todas las máquinas virtuales ejecutadas sobre Azure utilizan GNU/Linux. Por otro lado, no hay que olvidarse de la tecnología de Contenedor como Servicio (CaaS) Azure Container Service, sobre la cual se puede hacer uso de proyectos Open Source como Docker Swarm, Apache Mesos y Kubernetes.

Hasta aquí hemos comentado mucho sobre integración, pero poco sobre contribución, y ahí es donde Google marca la diferencia frente a Amazon y Microsoft. Yendo más allá de “mostrar amor” u ofrecer integración, el gigante de Mountain View se ha mostrado como uno de los mayores contribuyentes al Open Source, no solo aportando código a proyectos ya consolidados, como por ejemplo Linux, sino también creando la importante cantidad de 2.000 proyectos de código abierto que han abarcado todos los ámbitos, con Kubernets en el cloud; Chromium para los navegadores web, aplicaciones (a través de Electron) y sistemas operativos fuertemente enfocados en el cloud (Chrome OS y los Chomebooks); Angular como framework para la creación de aplicaciones web; y el lenguaje de programación Go, que en los últimos tiempos ha ganado popularidad. Además, también ha creado Google Cloud Platform, que está sostenida en parte por los tres proyectos Open Source que vamos a mencionar a continuación.

Kubernetes

Kubernetes deriva del trabajo y la experiencia acumulados por Google a lo largo de dos décadas sobre el despliegue de software, los cuales han terminado en la creación de este proyecto código abierto.

En pocos años se ha convertido en la plataforma estándar para la gestión de otra tecnología que ha golpeado bastante fuerte en los últimos tiempos, Docker, que además está revolucionando el mercado del despliegue de software. Un año después de crear Kubernetes, en 2015, Google decidió donarlo a la Cloud Native Computing Foundation, una comunidad amparada y gestionada por The Linux Foundation.

A día de hoy muchas grandes compañías ofrecen Kubernetes para sus plataformas cloud, como Microsoft e IBM, y como no podía ser de otra forma, la naturaleza Open Source de esta tecnología ha hecho que tenga un gran impacto dentro de GNU/Linux, con Red Hat, Canonical y CoreOS soportando y contribuyendo al proyecto. La relevancia que ha alcanzado Kubernetes es tan grande que es lo primero que te encuentras a la hora de visitar la web oficial de Ubuntu.

Apache Beam

Google empezó como un buscador de Internet y fue creciendo poco a poco hasta convertirse en un gigante de la computación con un vasto catálogo de servicios y productos, además de contar con cientos de millones de usuarios. Esta situación ha forzado a la multinacional a convertirse en una de las grandes del Big Data.

Google creó en 2014 un SDK llamado Dataflow, el cual está basado en FlumeJava y MillWheel y sirve para procesar datos tanto en tiempo real como por lotes, pudiendo realizar las operaciones tanto localmente como en Google Cloud Platform. Dos años después Dataflow fue donado a Apache Software Foundation, naciendo así Apache Beam.

TensorFlow

Sí, aquí hay más campos abarcados por Google, llegándole ahora el turno a la Inteligencia Artificial y al Aprendizaje Automático. Los equipos de las áreas mencionadas usan redes neuronales de aprendizaje automático que forman parte del proyecto Google Brain.

El código de uno de los componentes críticos de Google Brain, DistBelief, fue liberado en 2015, naciendo así TensorFlow, un framework que ha conseguido una gran popularidad entre investigadores y científicos que trabajan con Inteligencia Artificial. Aunque está construido con C++, soporta bindings en Python para facilitar la tarea a los desarrolladores.